Perros robot en la frontera entre EE.UU. y México
¿Conocéis el síndrome de la rana hervida? El anfibio está en una olla y a medida que la temperatura del agua va subiendo, se va acostumbrando y cuando el agua ya está demasiado caliente, ya no encuentra la fuerza para escapar y muere hervida.
Quizás estemos experimentando lo mismo con el despliegue de robots con fines de seguridad.
Recientemente, la empresa Ghost Robotics presentó su robot Vision 60 ante en el Congreso de EEUU. Similar en apariencia a los perros de Boston Dynamics, supuestamente se limita a recopilar datos en entornos hostiles (como terrenos con temperaturas extremas) con el objetivo de combatir actividades ilegales.
Como ciudadanos, tendemos a ver este tipo de programa como algo ajeno a nuestra vida cotidiana, creyendo que no nos afectan directamente, y nos dejamos influenciar por la propaganda de las empresas que promueven estos robots y minimizan los riesgos.
Sin embargo, existen al menos dos razones por las cuales este despliegue podría llevarnos a una espiral de deshumanización progresiva, abriendo las puertas a grandes riesgos:
1. Existe una gran porosidad entre sus distintas aplicaciones. De hecho, en 2021 se filtraron imágenes del mismo robot equipado con una ametralladora controlada a distancia. No debemos comprar el argumento según el cual: “No os preocupéis, esto solo sirve para recaudar datos sobre traficantes”.
2. Este despliegue empieza con el desierto, en el que no vive nadie. Luego, usos “excepcionales” como en manifestaciones o grandes aglomeraciones de personas. Después en parques públicos y calles como ocurrió en Singapur durante el Covid para hacer respetar las normas sanitarias.
Si realmente fuéramos conscientes de esta situación, ¿tomaríamos la decisión de iniciar tal despliegue y adentrarnos en esta espiral?
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